-No me lleves de la mano, cabrón, que sabes que así me ganas. Tú por tu lado, yo por el mío.
-Son los mismos caminos, señorita. Olvídate de todo lo que ha pasado antes, y limítate a disfrutar.
-Tengo frío.
-Siempre he sido tu abrigo.
Y de nuevo perdidos ante esa locura de bosque artificial, ante las ganas de follar, me perdí en su chaqueta de pana marrón chocolate, y perdí de vista la chaqueta vaquera que tantas metas me pintó.
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