6/6/11

Ahora que echo la vista atrás, me doy cuenta de lo mucho que voy a echar de menos el instituto. Después de seis años lo llamo así, para mi siempre ha sido el cole. Era como el comienzo de algo nuevo, no sé expresarlo, pero para mi, el cambio de tener un maestro para todas las asignaturas no siendo inglés y educación física a tener un especialista en materia se me hizo tremendo. El cambio de ser ocho en pupitres individuales a ser 25 en pupitres dobles fue una gozada, ahora podías hablar a escondidas con la gente, podías meter los papelitos en el hueco del ordenador, podías meter las cosas en la cajonera, todo nuevo, como cuando a un niño le regalan un juguete. Llegamos allí algo desconcertados, la verdad, no me gustaba eso de tener que ir en un autobús, ni levantarme a las siete, ni desayunar de noche, ni nada de eso, pero si me gustó algo: había mil caras nuevas, mil historias nuevas, mil voces nuevas, dos mil ojos nuevos, mil sonrisas, diez millones de lágrimas... Recuerdo como si fuera ayer mismo mi primer día. No sabía donde estaba el aula, no conocía a mi tutor, escuché mil veces en el patio el nombre de Consolación, y la casualidad de que ninguna en mi clase. Yo había tenido una estrategia contra las novatadas bastante buena, me escondía en grupitos de gente afectada y verlos pasar, a ellos, los mayores, los malos... Uuh... Eso duró poco, antes de llegar al autobús, todo el canfort que quedaba en los botes se roció en mi como a presión... Gema y yo estábamos emocionadas, pero tristes, no nos había tocado juntas nuestro primer año, ¡Qué depresión!. Pero conocimos gente, y pasó el año, y primero nos dejó un amargo y cálido sabor, con gente extraña, gente normal, gente mala y gente buena. Gente. Y llegamos a segundo, sí, sé que todos los que estuvimos en segundo A lo recordaremos como algo especial, no sé, tenía ese toque mágico, esas clases cantando, esas clases bailando, esas clases de francés, esas clases perdidas mirando por la ventana, y mirando a ver como la Lore se desquiciaba por causas perdidas. Como la Tinini nos contaba mentiras varias, y como Marichi nos metía miedo a cerca de su homosexualidad... Y Mecano, Mecano que nos unió un poquito más... Y llega tercero, con los libros donde la torre, con las malas pasadas, con Rubén el de sociales, ese profesor cabrón, guapo, cabrón y más veces cabrón pero guapo y listo, muy muy muy listo. Sí, el Rubén que me hizo sin querer que me gustase escribir lo que pienso, y que en vez de llorar, pensara en orgía de ángeles. El tercero de Ángel Pazos, el tercero de los repetidores atrás, el tercero de mi primer parte, el tercero de Belén Relaño, el tercero de la Celestina, el tercero que conocí gente que ni siquiera pensaba conocer. Y con ello cuarto, y los que me conocen saben que cuarto no tiene una descripción válida sin Juan Carlos Aznar, mi profesor de historia, el mío, y el de todos. El que nos llevó a Tenerife, Juan Carlos el de la risa floja, Juan Carlos el que te preguntaba cuando te dormías, Juan Carlos.... Siempre le echaré de menos, pase el tiempo que pase... Y el cuarto de que llega gente nueva, el cuarto de ciencias, el cuarto de la memoria, el cuarto de "Jesús, ¿me dejas hacer las cuentas en el móvil? que no tengo calculadora" Jesús el de física, con el que suspendí todos los de física me nos uno, y aprobé todos los de química menos uno. Antonio Leyton Palo, "a ver, Montserrat.... te puedes callar?" y Fernando, ya metiendo tralla desde cuarto, "Montxe, ay mi Montxe..." nuestro profesor más anciano, el más bueno, el que fuma ducados, el que nos recita poesía... Y con ello primero, primero de Trinas, primero de locura, primero de los pinos, primero del Rock in Río, primero de la salsa, y primero del amor, primero con Marta y los perros, Marta y mis textos de psicología. Juanjo, el que me separaba porque no quería que el trío de Trinas hablase, Juanjo el del Santander, Juanjo el de las camisetas de LaSeta. Dani y su inglés estresante, Trini embarazada, Fatibio riñendonos, posters en el aula. Y sobre todo "quien es ese tipo que me manda callar?" A MI NO ME MIREN! Demetrio, conocerle como alguien especial, Demetrio como alguien sin copias. Y verano, verano loco de la vida. Londres y demás. Y segundo, apretón fuerte de manos y pa' lante como los de Alicante. Segundo de las despedidas de profesores de afianzar cosas, de Ismael y Natalio sobre todo. De la necesidad en el mundo de más gente como ellos que equilibre la balanza por las personas que no quieren sonreír. Y segundo de Jose María y eso exámenes tipo "tu vida se la juega aquí" y José María que no me ha puesto lo que merecía. El amor en las aulas, las risas de Claudia, los secretos de Marta, los agobios de Natalia, las reivindicaciones de Anabel, Marta y Noelia, CRV y su afán de ganar, Ismael sumido en sus pensamientos, Sara y sus cambios de humor, Sara Merino calladita y gritando, Lorena enfadándose con José María aun siendo la alumna favorita, los suspiros de Miriam, el inglés de Raquel y su risa, la envidia de Lidia, los puntos de María Gutierrez, Sandra saliendo a la puerta a fumar, Maria Holguín y sus muestras de cariño, los estornudos de Juan, la Pili diciendo que no sabe que hacer ya... Y Gema, y Gloria, y sin ellas nada sería lo mismo, porque una no es lo mismo que TRES. Gracias.

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Nubes de Limón

Nubes de Limón
En esta vida hay que equilibrar esa balanza de la gente que no quiere sonreir.

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