Así llega todo en la vida, por destino, casualidad o llámalo como bien guste. La vida es un siniestro avance hacia delante, en el que los días pasan como segundos, y los segundos a veces como años. La vida es eso. Una huida del futuro que siempre nos gana un paso, y una huida del pasado que siempre llega en el paso del futuro. Quieres correr, y tus pies no saben ni andar. Quieres cantar y ni siquiera sabes cual es tu tono de voz. Las cosas llegan cuando menos lo esperas. Así como un mensaje de madrugada que te haga sonreír, como una rosa pintada, como un beso en la frente de la persona que más echas de menos o un silencio de bocas que nunca pretendieron hablar. La vida se resume en versos de Benedetti, Salem y despedidas escritas en servilletas de papel. Se resume en las veces que el corazón se te ha puesto a mil, las veces que has creído que te pillaban fumando, las veces que has dado un beso a escondidas, las veces que has puesto mirada felina y las veces que has arrugado rutinas. La vida es un devenir de caderas, un claro en un bosque, y una manta en el suelo. Emociones.