19/2/13

Me cocinas con aceite de oliva.


He quemado los recuerdos que ataban los malos pensamientos, he quemados todos los lazos que tenía con cualquier sentimiento que no era el que iluminaba la cara con sonrisa. Y he forjado nuevos pensamientos, nuevos sentimientos. Que los puzles de esta vida no se cuentan en piezas, sino en los matices que cada uno quiere aportar, en las ligas que se rompen cada noche en el baño de un bar y las cremalleras que solo quieren bajar. Que no suspicacias, que ya está todo más que claro. Claro no como el agua, claro como el cieno que se pegan en las suelas de asesinos que esconden sus miradas en gasolineras de carreteras desiertas. Cieno como el que se quema en los ojos una noche de verano o una tarde de lluvia. Por cierto, ¿oyes como repiquetea la lluvia en esta ventana? Parece que es así como lo tenemos que demostrar todo, con un poco de barro y agua estancada. Parece que solo queremos centrarnos en esas creencias irracionales que Albert Ellis nos quiso quitar y seguimos amasando a fuego, a llama viva que se haga cuanto antes. ¿Te lo digo otra vez? No hay suspicacias, no hay disimulo alguno en esta historia que forjamos los que nos disfrazamos de quiénes no somos y creemos que somos así. ¿Ahora te he hecho pensar? Venga, no me jodas con cuentos de niño chico, que sé que mueres por los labios que se vuelven a delinear todos y cada uno de los poros de ese cuerpo.

A mi me gustas con más luz.

1 comentario:

guille dijo...

Me gusta el texto.

Por la forma y por el fondo.

Porque me gustan las cosas claras.
Porque me gustan las cremalleras que solo bajan.
Porque me gustan los labios. Todos.

¿Quien no aportaría el aceite de oliva?

Nubes de Limón

Nubes de Limón
En esta vida hay que equilibrar esa balanza de la gente que no quiere sonreir.

Limoneros

Vie.

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Confundo el cine con la realidad.

Veces que soñé