Ten cuidado, que hasta los gatos hablan cuando les guiñas un ojo.
Haría mil caminos, con distintas tonalidades, uno muy naranja como Amelie, uno muy azul como El lado oscuro del corazón, uno muy lila de Regreso al futuro, uno amarillo como la coñoneta de Kill Bill, quizá le metería uno en blanco y negro, por Casablanca y porque Bogart me daba pena con eso de su inmovilidad de labio superior.
¡Me haces desvariar, Yann Tiersen!
Como te decía, el venía a esta casa con muchas de idas de superhombre de Nietzsche, y me hacía creer que Sun Tzu no tenía ni idea de estrategia militar. Maldito.
Oye, a lo mejor IT era bueno y le hicieron creer que era malo. Malditos.
Por donde iba, que no me gusta peinarme. Que la cara llena de pelos al despertarme me dan seguridad, que a mi los versos ya no me valen, me valen los tatuajes de cámaras de cine con huellas, sí, sí. HUELLAS
1 comentario:
Sabes un secreto? Yo hace años que no dejo que un peine reine en mi pelo, es mi pequeño espacio de libertad, mi parte más indomable, más salvaje, más mía y de nada más.
Escribe más, es un placer conocerte entre letras y sentimientos.
unbesiño
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