25/2/11

Dulce. Como las noches de un verano que se acaba. Dulce. Como ver las estrellas con una chaqueta de tibia lana. Dulce. Como el calor que desprenden los labios. Dulce. Como los sonidos que transmite Yiruma en sus temas. Dulce. Como el sonido de una cascada en pleno otoño.
Amargo. Como las tardes de un invierno recién invitado. Amargo como el whisky las noches de sombras. Amargo. Como el frío de los silencios inequívocos. Amargo como un réquiem frente a un ataúd. Amargo. Como la falta de escalofríos con un beso. Amargo como el sabor prudente de un limón.
Codicioso. Como una tarde que se quiere acabar. Codicioso. Como una noche que nos deja velar. Codicioso. Como la tarta de manzana de la abuela. Codicioso. Como el destino mismo. Codicioso. Como es él.

1 comentario:

Nacho Sánchez dijo...

el sabor del whisjey no es amargo, pero siempre te gana el pulso.


me jugaría algo a que nunca lo has probado

Nubes de Limón

Nubes de Limón
En esta vida hay que equilibrar esa balanza de la gente que no quiere sonreir.

Limoneros

Vie.

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Confundo el cine con la realidad.

Veces que soñé